Me he hecho pintor. Me he hecho pintor por ti, para dibujarte, para compartir la alegría que me produce verte.
Pintaré tu cara, tus ojos, los meñiques de tus pies. Unas veces los pintaré al estilo de Dalí, otras de El Greco, otras de Rossetti.
Si quedan un poco por debajo del realismo, Dalí; si un poco estirados hacia el cielo, El Greco; si un poco parecidos a italianos medievales de merendola en la campiña inglesa, Rossetti.
Mis clientes gritarán, algunos de placer, algunos de sorpresa, pero todos consumidos por la emoción de verte, de verte a ti, mi amor.
Aunque todavía no sea un pintor famoso, aunque todavía sólo me dedique a pintarle a mis clientes sus uñas.
En esas hornacinas cuticulares, tú sonreirás al mundo y el mundo se pondrá tan contento como yo al verte.