Moldearé mi cuerpo para que sea digno de ti, para que digas que parezco todo un visigodo, que te atrapa una salvaje pasión al ver estos músculos amorosos.
Esta vena bombea amor.
Y esta arteria.
Y este capilar chiquitín en tamaño, pero grande en corazón.
Mi cuerpo estará construido con ladrillos de anabolizantes, cemento de clara de huevo de dinosaurio, y una pizca de asteroides. Todos mezclados en un ciclo cósmico continuo, en un ciclo de amor.
Este bíceps es amor.
Y este tríceps.
Y este flexor del meñique de mi pie izquierdo.
Por la magia, el esfuerzo o las trampas. Ganaré un cuerpo heracleo en una partida de cartas, en un tugurio de magos. O lo cincelaré en este gimnasio que es la vida. O me chutaré nirvana relleno de aminoácidos.
Las maracas serán amor.
Y el press banca.
Y las dominadas que haré mirando a un techo que no es límite para lo que yo siento por ti.
Convertiré mi cuerpo en un templo y su diosa serás tú, mi amor.