Un día me puse a hacer tiempo y lo hice.
Tiempo para pasear con un churro de chocolate en una mano y la tuya en la otra, mientras nos encienden las luces de Navidad y nos preparan el belén.
Tiempo de sofá bajo una manta, con una serie puesta de fondo, mientras nuestras neuronas dormitan para sintonizarse con la complejidad de la trama.
Tiempo de lluvia para mirar por la ventana, tiempo de nieve para construir un moñaco.
Tiempo con sus segundos, sus minutos, y sus años.
Un día me puse a hacer tiempo y, tras hacerlo, lo viví a tu lado.