Las pastas de Libertina
Seres libertinos, cuando nos preguntáis qué tipo de pasta es la que hace Libertina siempre contestamos lo mismo:
—La buena.
Y así es porque, como veréis en este artículo, nuestra pasta es buena de sabor y buena de propiedades.
Venga, vamos a hablar de los tipos de pasta.
Los dos principales rasgos para clasificar a las pastas son: su ingrediente base y su secado.
En el primer bloque, dependiendo de su ingrediente base, tenemos las pastas hechas con harina y las que están hechas con sémola de trigo. Las compuestas con harina son las que podemos encontrar mayoritariamente en los centros comerciales; y las de sémola, que, poco a poco, se van dejando ver más. Éstas últimas también se denominan de “Calidad Superior” por sus propiedades nutritivas y gastronómicas.
Pregunta: ¿De qué tipo es la pasta de Libertina? No os vamos a dar una pista. No. No. Pero ya lo sabéis.
Volvemos a los tipos de pasta. Os hemos dicho antes que también se pueden clasificar por su secado. Al nacer, todas las pastas son frescas, pero, como en la vida, alguna de ellas se van secando. Así pues, tenemos pasta fresca y pasta seca.
La pasta fresca no ha sido sometida a ningún proceso de secado y está tal como se elaboró. Nos encontramos pasta simple (caserecce, tagliatelle, conchas…) y rellena (raviolis). Al tener un período corto de conservación, ha de mantenerse en frío.
Pero, como Walt Disney, hay un proceso para prolongar sus propiedades: podemos digievolucionarla en LA PASTA FRESCA ULTRACONGELADA. Ja, esto ya parece una película de Marvel. Con esta medida de conservación, la pasta fresca mantiene sus propiedades organolépticas y nutricionales entre seis y doce meses. Pero eso no es todo: se puede cocinar directamente y no necesita ni medio minuto más de cocción que un producto fresco refrigerado.
La pasta seca es la pasta fresca que ha recibido un proceso de secado. Esto nos permite conservar la pasta entre uno y dos años.
Dentro del secado, debemos tener en cuenta el proceso (tradicional o industrial) y las variables de dicho proceso (temperatura, tiempo y humedad).
El proceso tradicional mantiene la pasta, dependiendo de su tamaño y grosor, a una temperatura entre 30 y 40 grados, durante unas 24 ó 36 horas, con una humedad media baja. Estas condiciones permiten conservar las propiedades nutricionales y el “al dente” natural de la pasta.
El proceso industrial somete a la pasta a temperaturas entre 65 y 110 grados, con un tiempo de secado muy inferior. Esto es negativo para las propiedades nutricionales y para el “al dente” de la pasta que resulta falso.
Entonces, ¿de qué tipo es la pasta de Libertina?
Por su ingrediente base es de “Calidad Superior” pues la elaboramos con sémola de trigo duro que, al no estar refinada y proceder de cultivos de cercanía, conserva intactos su sabor y sus propiedades, aportando una buena ración de hidratos de carbono y vitamina K, y poco grasa, colesterol y sodio.
Además, nuestras pastas pueden ser frescas, bien refrigeradas o congeladas, fáciles de conservar en nuestros frigoríficos; y secas, obtenidas tras un proceso tradicional, que nos permite mantener unas características óptimas de nutrición y sabor.
Ahora toca ponerse el delantal, preparar la mesa y disfrutar de un buen plato de pasta que, como siempre, podéis compartir con nosotros en nuestras redes sociales.
Buen provecho, seres libertinos.
Una colaboración de ref5504 para Libertina y sus pastas.