Me he apuntado a las cruzadas, donde se gana pasta gansa, donde se abren nuevos mercados.
Y, tras una victoria total, volveré como un soldado de fortuna afortunado con el bolsillo lleno y el corazón intacto.
Quizá pille la lepra, o la sífilis, o la idiocia.
Quizá.
Pero lo que es seguro es que volveré con un montón de pasta para gastármela en cortejarte, en adorarte, en ti, mi amor.
Contrataré a la mejor tuna del mundo para que te ronde por las noches. Y si no te dejan dormir, te compraré los somníferos más potentes. Garantizado.
Te llevaré el castillo más bonito que puedas imaginar. Y si te molestan sus fantasmas último modelo, te compraré polillas para que se les coman las sábanas. Está hecho.
Anillos de oro, manzanas de oro, diamantes de oro. Y si no sabes dónde meter tanto tesoro, te compraré un mapa para que lo puedas enterrar. Y una retroexcavadora.
Me he apuntado a las cruzadas por ti, para poder conseguir todo lo que quieras conseguir; e iré sin caballo ni espada, pues con tu cariño y tu amor basta.