He puesto tu nombre junto al mío y ha quedado bien, muy bien. Los dos juntos, unidos, encerrados en un corazón.
Y no creas que ha sido fácil. Ya te digo yo que fácil no ha sido. ¿Que lo parece? Sí. ¿Que soy muy torpe? Sí.
Lo de pintar se me da mejor, pero esto, esto me ha costado.
Que lucen muy bien nuestros nombres en la fachada del ayuntamiento. Eso no se puede negar. Pero hay que tener en cuenta que ya tenía práctica después de pintarlos en las fachadas del colegio, del cuartel, de la casa de tu abuela; sí de tu abuela favorita.
Ya verás que alegría se van a llevar cuando se despierten.
Pero lo de ponerlos en un trozo tan chiquitín… Seguro que me ha costado porque ha sido el primero. Seguro. A ver, me quedan por delante unos cien; ya iré pillando la técnica. Lo único que espero es no pincharme más con la navaja.
Ya verás que alegría te vas a llevar cuando paseemos por el parque.
He grabado tu nombre junto al mío en cada uno de los árboles. Los dos juntos, unidos, encerrados en un corazón.