Sobredosis de fresa y chocolate. Eso siento al verte, mi amor; al oírte, al olerte, al abrazarte, al besarte, al sentir que estás a mi lado, mi amor.
Sobredosis de osos de peluche y de gominola al escribirte estos retazos, al hacerte la declaración de la renta, al comprarte entradas para el teatro de mi absurdo, mi amor.
Sobredosis de energía y pantuflas muy acolchadas, con forma de animales súper monos, al esquivar las balas del tiempo, al volver a estar contigo, mi amor.
Sobredosis de ñoñería, de pastelosería, de jijijajajería. Sobredosis en dosis masivas de cariño, catastróficas de dulzura, apocalípticas de amor.
Y de las sobredosis, se muere.
Y de esta sobredosis, se vive de amor.