Raviolis de remolacha rellenos de borraja con queso Torreconde
Buenas de nuevo, seres libertinos. Como sabéis, nos gusta colaborar con otros proyectos que cultivan o elaboran ingredientes ecológicos que podamos añadir a las pastas de Libertina. En esta receta, no nos hemos tenido que ir muy lejos: Tanto las verduras como el queso las podemos encontrar a menos de cinco kilómetros de nuestro obrador.
Pero, antes de empezar con la receta, os vamos a contar cómo surgieron los raviolis de remolacha rellenos de borraja con queso Torreconde.
Sicilia, 1920… Ehmmm, no, creo que me he equivocado de historia. Vuelvo a intentarlo.
Zaragoza, 2018. Llevábamos en mente hacer unos raviolis con la remolacha y borraja que cultivan nuestros amigos de Sabores Próximos, pero nos seguía faltando un toque especial para lo que queríamos conseguir. No sabemos si intervino nuestra hada madrina, pero casi: Javier, de Torreconde, nos llamó porque quería que probáramos un nuevo producto que iban a empezar a vender. En cuanto el queso curado entró en nuestra boca, lo supimos: Esa textura y sabor a parmesano era lo que nos faltaba.
Y así nacieron.
Muy bien, bonita historia, pero aquí hemos venido a comer. ¡Pues adelante!
¿Qué necesitamos?
- Raviolis de remolacha, rellenos de borraja y queso Torreconde. Esos, los nuestros.
- Ajo seco o ajo tierno cuando sea temporada.
- Espárragos verdes.
- Tomate en dados.
- Jamón serrano.
- Aceite.
- Un poco de sal.
¿Cómo lo hacemos?
- Preparamos un refrito con ajo, tomate en dados y jamón serrano.
- Cuando lo tengamos casi hecho, hervimos durante tres minutos los raviolis.
- Sacamos los raviolis con una espumadera y los echamos en la sartén del refrito.
- Les damos un par de vueltas y los emplatamos.
- Opcional: Protegemos nuestro plato con una muralla de vasos, pan y energía mágica para que el resto de comensales no intenten robarnos nuestro tesoro. Es nuestro. Nuestro tesoro.
En unos diez minutos, hemos preparado un plato sano y delicioso, utilizando ingredientes que proceden de proyectos que contribuyen a un desarrollo sostenible y ecológico. Además, esta receta es muy fácil de hacer y ya sabemos que las cosas sencillas suelen ser las mejores.
Nos vemos en el próximo texto, seres libertinos.
¡A comer!