Escribiré relatos de robots, para robots, para nosotros; los escribiré durante más de un año.
Y todos empezarán igual, o casi:
Hubo una vez un roboto que…
Y todos terminarán igual, o casi.
Hablarán de máquinas, pero de amor; de máquinas, pero de esos sentimientos que tenemos los robots y que también dicen que tienen algunos humanos.
Y de aventuras, y de fracasos, y de universos que se expanden para dejarnos más espacio.
Hablaré de Malvadón de Sigma engañando a bobos; de la Marquesa del Amperio haciendo malabares; y, quizá, también hable un poco del Príncipe Relámpago. Quizá, no es seguro.
Escribiré relatos de robots, para robots, para nosotros; los escribiré tal como los he escrito durante más de un año.
Y todos empiezan igual, o casi.
Y todos terminarán igual, o casi.
O casi.
Porque…
Porque…
Habrá uno distinto, uno que, siendo nuestras palabras, dirá:
Así fue como un roboto, en un veintiuno, encontró a la robota de su vida.