Automatizar la vida para que sus vaivenes no me hagan perderla, perderme, perderme lejos de ella.
Tener rutinas con indicadores que sean objetivos y sirvan de agarre para mantenerlas, para que cuando un demonio pequeño, un pequeño dolor, me haga bambolear de un golpe no pierda la estructura de mi existencia; para que cuando un demonio pequeño me golpee y convoque a todos los fantasmas no muertos de mi pasado, y yo quiera huir de mí para siempre, tenga una rutina que sea, en ese momento, yo, que yo sea el cuerpo de una rutina que impida que los fantasmas pasados y futuros me conquisten haciéndome caer en su esclavo.
Convertirme en una rutina de rutinas que me sirvan de protección contra los vaivenes que hay en mí.