Un día, quizá sin previo aviso, un fantasma del presente te golpea, te tumba, te deja tirado a un lado del camino que ya no quieres volver a vivir. Entonces, ese fantasma llama a todos los fantasmas de tu pasado, a todos sin dejarse uno, siendo increíble la agenda tan completa y bien organizada que ha conseguido. Si no fuera dolorosa la situación, podrías pedirle el secreto para ser capaz de tanta eficacia, tanta profesionalidad al invitar a todos: colecciones de dolores de la infancia se presentan aunque ya nadie se acordaba de ellos; deseos deseantes de futuros no vividos, de amores no conservados, y de bocadillos de jamón que se quedaron sin ser comidos; al menos, por ti. Con tal capacidad de organización, de guía, de búsqueda total del sentimiento para atrapar a su público, ese fantasma del presente podría derrotar en combate a tantos fantasmas que aparecen en portadas de revistas y cacerías de premios.
Pasan a tu lado otros caminantes que, muchos de ellos movidos por intentar espantar a un fantasma que ni ven ni comprenden, intentan que te animes, que vivas, pero ese dolor que no sufren directamente no reclama su reino en su cuerpo. Da igual que ellos hayan padecido de desgracias similares, se olvidan; da igual que, si consigues levantarte y continuar andando, te los vayas a encontrar tirados igual que tú estás porque sucederá en un futuro que ahora ninguno de vosotros veis; probablemente. Te dicen que tus fantasmas no son tan fantasmas porque les faltan las cadenas, que incluso han visto a uno de ellos con una sábana de cuadros en vez de la más tenebrosa blanca; te hablan de lejanos castillos donde habitan realmente fantasmas reales y no fantasmas irreales como los tuyos, fantasmas de verdad con sus almas en pena de los que dan miedo, de los que se podría hacer una película de terror que hiciese lloriquear a la más brava de las patatas bravas; te explican que tus fantasmas son unos tirillas de la vida en el gimnasio del sufrimiento y que tienes que relativizarlo todo porque fíjate en el fantasma del dolor que ha ganado el Mister Olimpia de este año, que eso sí que es dolor dolor, que una foto suya ha llenado portadas de periódicos y revistas mundiales.
Mientras tanto, tu fantasma afirma con la cabeza pues, su circo de fantasmas, ha encontrado a un nuevo miembro.