¿Necesitas dinero y nadie te suelta la pasta?
Hola, ¿qué tal? Bienvenidos a “Mi vida en un minuto”, una sección semiautónoma del proyecto ref5504.
Eres un artista. Un pedazo de artista.
No hay duda. No tienes duda.
Escribes como los ángeles, dibujas como los ángeles, bailoteas como los ángeles más sabrosones… y cobras también tanto como los ángeles.
Porque de tu arte y de tu salero no hay duda alguna, pero aquí nadie suelta la panocha para tus cosas: tus cosas de comer, de pagarte una casa, de comprarte unas pastillas… de unas pastillas para la garganta, que ya se sabe que hay que cuidarla un poquitico, maño.
Y, claro, al final esas cosas mundanas, banales, prosaicamente prosaicas afectan a tu arte.
También a tu salero, pero no hablemos de comida.
Afectan a tu arte. Tus cuentos parecen propaganda electoral, tus cuadros ya no reflejan las sutilezas de una maja desnuda, y tus bailoteos, ¡ay de tus bailoteos! Bailoteas tan asincrónicamente como yo.
Mal. Fatal. Penosidad absoluta.
Pero, ¿qué puedes hacer?
¿Qué puede hacer el mundo para solucionar tamaña afrenta al avance de nuestra civilización?
¿Ir a llorar por una subvención?
¿A tu ayuntamiento, a tu comunidad, a tu estado?
Uy, uy, uy, ya hay mucho profesional del “si no me pagan mis vicios, se acaba la cultura robótica. Para siempre. Garantizado”.
Si tienes la suficiente altura moral, el determinado gusto estético, y la genética necesaria, quizá lo logres.
Quizá.
Pero en ref5504 no nos gustan los “quizá”; nos gustan los “seguro”.
Seguro que en otro retazo os hablo de los “Seguros de ref5504” para casi cualquier actividad de la vida real, pero ahora me quedaré con el destinado a los artistas que no viven de su arte.
No sé de qué me suena esto.
Os propongo “Mecenas al rescate”.
¿Cuántas veces has escuchado la historia de ese escritor cuya única lectora era una Archiduquesa forrada de títulos, castillos y minas de oro?
¿O de esa fantástica pintora a la que nadie conocía, pero un ministro le compró un palacete, el bosque que lo rodeaba y dos pueblos de las afueras?
Sin embargo, con “Mecenas al rescate” no tendrás que bailotear al ritmo que te indiquen. No.
Te garantizamos un mecenas que: te suelte toda la pasta que necesites, que te aplauda en cada uno de tus éxitos, y te exculpe de cualquier fracaso.
¿Cómo? ¿Qué este servicio se parece mucho a los aficionados, votantes, ciudadanos de no sé dónde?
No, no, no. No me metas en líos.
Con “Mecenas al rescate” te podrás centrar en tu misión artística dejando al lado todo lo que no te permite volar como lo que tú eres: un ángel.
Si en las próximas elecciones a Emperador votas por “ref5504, el Imperio Robótico que tus neutrinos merecen”, te prometo mejores mordidas que las de un tiburón mecánico.
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ref5504, gran empresa, mejores clientes.
Grrrrrrrr.