Verdades construidas con átomos
Bienvenido, querido humano lector.
En todas las culturas de la Tierra, se ha tenido como saber último que lo menos es lo más; que más vale pájaro en mano que ciento volando; que lo bueno, si breve, es un bombón. Desde los desiertos volcánicos de pasiones que florecen en el Amazonas, a las arenas movedizas temporales criadas en la más recóndita Europa, las personas hemos sabido que la verdad es y siempre será pequeña ante la mentira del mundo. Por eso, querido humano lector, en este tutorial te enseñaré qué es la Verdad y cómo encontrarla si la reconoces.
La Verdad es y seguirá siendo distinta a todo lo demás, aunque no parezca verdadera, aunque al mirarla sientas que quizá estaría mejor con otro corte de pelo. La Verdad es como es.
No te hará falta creer en determinados libros sagrados escritos y presentados en el Registro de la Propiedad por uno o varios dioses; no te hará falta seguir a gurús de tierras cercanas y lejanas que han saltado a un nivel superior de conexión con el universo. La Verdad será sin más adorno.
Se te escapará de las manos de tu mente, por entre sus avaros dedos, como si fuera un líquido no newtoniano que pensabas que podrías contener sin esfuerzo; mientras, ella se sonreirá sin malicia de los intentos que te martirizarán por atraparla. La Verdad no depende de ti ni te necesita.
Bien, tras toda esta cháchara de corto recorrido y poca satisfacción en el conocimiento, te diré la verdad: la verdad es la verdad y nada más que la verdad. Y esto que parece simple y estúpido, es simple y estúpido y, lamentablemente para todos los que disfrutamos desenredando nuestros cerebros, es verdad.
Ya está, ya está dicho, no hay más. El resto de mi intervención es para rellenar un poco el texto, un poco mi vida y, por lo que parece, un poco tu vida. Estos pocos son unos pocos en otros montones de pocos que forman nuestra existencia, compuesta de montones de pocos formados por pocos que son pequeñas píldoras de realidad que, a veces, son muy difíciles de asumir. También este resto sirve para desarrollar la función poética de Jakobson; se podría decir que es un pequeño homenaje.
Para que te sea más sencillo asimilarlo, te daré unos átomos con los que podrás construir la Verdad. Al ser átomos, los podrás llevar siempre a tu lado, en tu cartera, en la pelusa que se crea en tu mente al mirarte el ombligo.
El primer grupo de átomos de verdad se centra en que la verdad es verdad. Hay que admitir que el conocimiento último se aprehende de la tautología, que es el arte y ciencia de expresar la verdad. De ahí surgen verdades tautológicas propias o derivadas tales como: “Uno es uno y sus circunstancias” que es la base de todo y, en particular, de un sistema numérico; “la vida es así” que indica que una flor puede nacer en tu corazón, dándote alegría por su belleza, dándote alergia por su polen; “son lentejas y las comes o las dejas” que hablan de la anemia espiritual por la falta de Fe y el uso de los alimentos como medicina.
El segundo grupo de átomos de verdad gira en torno a que la verdad no es verdad. La vida nos muestra que la verdad tan clara y taxativa, esa que se nos pega al alma como costras de roña de tranquilidad y sabiduría, pues no es verdad. Tal cual. Quitarse esas costras es complicado y doloroso porque, muchas veces, con cada una de ellas, se va una parte de nosotros, de nuestro pasado, de nuestra piel. “¿No es verdad, ángel de amor?” ha dicho el poeta cuando estaba pensando en otra musa que cambiase a la actual; “No es verdad” hemos respondido cuando nos han tirado la verdad a la cara que no queríamos reconocer como la nuestra; “La verdad es que no hay salvación” ha defendido el discípulo en reverencia a su maestro que predicaba lo contrario.
Con estas verdades contenidas en píldoras podemos calmar las molestias que tenemos al intentar buscar la Verdad; con estas verdades contenidas en átomos podemos construir nuestra verdad que será la Verdad que deslumbrará al mundo; con estas verdades y sus píldoras y sus átomos que sirven para pasar un rato que es la vida.
Estupendo, querido humano lector. Con este nuevo capítulo has agrandado tu sentido espiritual para deleite tuyo y de las farmacéuticas: Sus ventas de analgésicos crecerán por el dolor de cabeza que crearás en quien hable contigo. Desde aquí te recuerdo que sigas con el resto de la colección.
Bip, bip.