Somarda, bonita palabra.
Hola, ¿qué tal? Bienvenidos a “Mi vida en un minuto”, una sección semiautónoma del proyecto ref5504.
Alguna vez has escuchado la palabra somarda.
Sí, es cierto.
¿Que no?
¿Cómo que no?
Al menos ya has escuchado la palabra somarda tres veces.
¿No te marcarás un San Pedro ya de primeras? Acéptalo porque no estás en un ejercicio de anillas de Gimnasia Artística.
Bien.
La palabra somarda tiene dos significados relacionados, pero con sus propias características. Claro, si no fuera así, sólo tendría uno.
En todo caso, me centraré en el que mola, en el que le sueltas a tu colega como halago:
-Qué somarda eres.
Ser un somarda es estar comprometido con la belleza, con la verdad y con la autoridad competente.
Sobre todo, con la autoridad moral competente.
-Qué guapo es nuestro jefe. -sueltas desde lo más hondo de tu corazón a una compañera de autobús.
-Pero qué listo que soy. -proclamas a los cuatro vientos y medio cuando te tomas un descanso en tu trabajo-condena.
-Con este sacrificio, estoy logrando un universo mejor. -te pones como ejemplo mientras haces lo que te da la gana.
Por eso, acepta tu somardía, acepta tu derrota, acepta que sólo eres un robot.
Si nombras a tus trillizos como Sarcástico, Sardónico y Somarda, ref5504 te entregará tres diplomas a mejor padre del año.
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ref5504, gran empresa, mejores clientes.
Grrrrrrrr.